Tardes de frontón en Bormate

Mi familia poco puede contar sobre la pilota valenciana, ya que a excepción de mi hermana, mi prima y yo, todos y cada uno de los miembros de esta vienen de un pequeño pueblo de la mancha llamado Bormate. Para situaros un poco, este pertenece a la Manchuela, una subcomarca de Castilla la Mancha, y se encuentra rodeado de los pueblos de Casas Ibáñez, Mahora y Alcalá del Júcar. Así, mientras en la Comunidad Valenciana se practicaba la pelota valenciana, en Bormate se estilaba el frontón.

Mis padres ya no llegaron a jugar, pero mi abuelo sí. Por tanto, nos situamos en los años 50, en la que la penuria y la pobreza estaban muy presentes e influían en el modo de juego del frontón. Así, mi abuelo se reunía con sus amigos por las tardes a jugarlo utilizando una de las paredes de la iglesia que daba a la plaza del pueblo, ya que no había campos de juego como tal. Esta plaza estaba sin asfaltar y el punto de saque era una pieza de 40cm aproximadamente en el suelo, para que el bote de la pelota fuese homogéneo, ya que el resto de la plaza era tierra sin compactar y eso dificultaba el bote. Además, cuando llovía se formaba un barrizal, por lo que los carros procuraban no pasar por allí para no romper el “suelo”. Por el fondo de la plaza sí pasaban, así que si la pelota botaba en ese lugar, era falta de saque. Es decir, la escasez de recursos ni siquiera dejaba que pudiesen marcar las líneas de juego, sino que las normas dependían de las condiciones externas del terreno. Como curiosidad, cuando se preveía que iba a nevar o llover mucho, algunos se preocupaban de cubrir la plaza con paja para que el deterioro fuese lo menor posible y poder volver a jugar al día siguiente. Por otra parte, las partidas eran a 21 puntos, sin diferencia de dos y la línea del frontis no estaba, por lo que el criterio era a ojo, lo que provocaba muchas discusiones entre los jugadores.

Eso sí, la pobreza tampoco les permitía jugar con guantes, ni comprar una pelota. De esta manera, ellos mismos tenían que fabricársela de la siguiente manera: el núcleo era un corcho proveniente de un tapón de botella recortado para darle la forma más redonda posible. Después, se iba rodeando ese corcho con lana vieja de algún jersey desechado para que la pelota creciese. Una vez se llegaba al tamaño normal de la pelota, (más pequeña que una de tenis pero mayor que una de ping pong) se recubría con cinta de tela a la par que se cosía apretando para que no quedase suelta ni se deformase. Evidentemente, tampoco tenían equipación ni mucho menos, sino que jugaban con la ropa de trabajo y las zapatillas viejas, nada que ver con el uniforme de hoy en día.

Pero, por aquel entonces no solo jugaban los niños entre semana para pasar el rato, sino que durante el fin de semana, los adultos (cabe destacar que por aquella época, adulto era cualquier persona que acababa los estudios con catorce o dieciséis años) desafiaban a los de los pueblos cercanos, pueblos que se encontraban a seis u ocho kilómetros, no más.

Finalmente, gracias al desarrollo económico, comenzaron a construirse algunas pistas de frontón y a jugar con pelotas de mayor calidad. Pero, poco más puedo contaros, ya que mi abuelo tuvo que irse a otro pueblo cuando trasladaron a su padre por motivos de trabajo. Para que os hagáis una idea sobre el lugar donde se reunían y jugaban, aquí os dejo una foto del estado actual de la iglesia de Bormate que, recuerdo, empleaban como pared de frontón: 




Comentarios

  1. JESÚS PÉREZ VIOLERO EVALÚA:

    Buenas Cristina!

    En primer lugar, agradecerte como has explicado esta entrada.
    Me ha parecido muy interesante como jugaban antes al frontón, en la plaza del pueblo.
    También, si hacemos una comparación de los recursos que tenían antes con los de ahora, vemos como ha dicho Cristina, que jugaban al frontón con ropa la ropa del trabajo. Pero, actualmente si queremos jugar a frontón podemos ir a una tienda de deportes a comprarnos el material adecuado para jugar. Ha cambiado mucho la vida.
    Gracias por compartir esta entrada.

    Mi calificación es un 9.

    Un saludo.

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  2. Me ha parecido una entrada muy interesante, ya que desconocía de la existencia de tu pueblo y de su localización. Además, aunque no se practicaba la pilota valenciana en tu pueblo, has sabido adaptar muy bien las tradiciones y la cultura deportiva que había en tu pueblo a lo que pedía la realización de la entrada.
    Para mejorarla, en mi caso sí que hubiera colocado alguna foto más, por el resto muy bien explicado todo, hasta como puntuaban cuando jugaba tu abuelo con sus amigos. Le pongo un 9,5 a esta entrada. Un saludo Cris.

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